Website/Short movies
Since 2007, the theater group Humor y Vida has carried out a lot of sociocultural projects in all corners of Ecuador. They have a dozen educational plays, as well as five large-format stage shows. Every year, they also organize in the border region with Colombia the traveling Festival “Revolt in the Middle of the World, for a Culture of Peace”, in which nearly a hundred national and international artists have participated
Since 2007, the theater group Humor y Vida has carried out a lot of sociocultural projects in all corners of Ecuador. They have a dozen educational plays, as well as five large-format stage shows. Every year, they also organize in the border region with Colombia the traveling Festival “Revolt in the Middle of the World, for a Culture of Peace”, in which nearly a hundred national and international artists have participated
In 2021, as soon as the ship stood on the beach of the San Mateo parish, Cantón Manta, they quickly transformed her into a popular Community Cultural Center called “Buque Azart”. that functions as a neighbourhood centre, a village theatre, a youth center, a museum and a top turist attraction. As an artist residence, it attracts, like a magnet, artists from the entire South American continent. The members of the group are Patricia Galarza Zurita, Diana Cancino Cárdenas, Orlando Erazo Oñate and Julio Alvear Caicedo.
Beaching of the ship: Sept 12,2021 – 0°57’226” S – 80°48’376” W
.
Desde 2007, el grupo de teatro Humor y Vida ha realizado una gran cantidad de proyectos socioculturales en todos los rincones del Ecuador. Cuentan con una decena de obras de teatro educativas, así como cinco espectáculos escénicos de gran formato. Cada año también organizan en la región fronteriza con Colombia el Festival itinerante “Revuelta a la Mitad del Mundo, por una Cultura de Paz”, en el que han participado cerca de un centenar de artistas nacionales e internacionales.
Cuando en 2021 el barco fue arrastrado a la playa de la parroquia San Mateo, Cantón Manta, ellos rápidamente lo transformaron en un popular Centro Cultural Comunitario llamado “Buque Azart” que functiona como un centro de barrio, un teatro de pueblo, un centro juvenil, un museo y una atracción turística de primer nivel. Como residencia de artistas, atrae, como un imán, a artistas de todo el continente sudamericano. Los integrantes del grupo son Patricia Galarza Zurita, Diana Cancino Cárdenas, Orlando Erazo Oñate y Julio Alvear Caicedo..
THE NEW BOULEVARD.
EL MALECÓN – Inauguración 28 Marzo 2024
EL MALECÓN – Inauguración 28 Marzo 2024
.
Bueno, el gran reto que nosotros siempre lo hemos visualizado es
cómo hacer sostenible este trabajo del Centro Cultural. Creo
que hacerlo sostenible es parte de hacer un trabajo en comunidad y
algo que hemos buscado desde el inicio es involucrarla y que se sienta
parte de este sueño. Porque si bien el barco llegó, no queríamos que
se sientiera como que vino el barco y lo pusimos ahí y ya, sino que
la vida de este barco y la posibilidad de transformarlo en Centro
Cultural pasa por que la gente sea protagonista.
Tuvimos esta gran llegada que fue el boom, vinieron medios de
comunicación de todas partes del país para hacer la cobertura
de la salida del barco del agua y la gente de la comunidad estaba muy
expectante de qué iba a pasar con el barco. Y bien, el barco listo fuera
del agua, ¿sí? Pues ahora nos tocaba a nosotros la parte complicada
que era empezar el proceso de vincularlo con la comunidad y escribir
una nueva historia.
cómo hacer sostenible este trabajo del Centro Cultural. Creo
que hacerlo sostenible es parte de hacer un trabajo en comunidad y
algo que hemos buscado desde el inicio es involucrarla y que se sienta
parte de este sueño. Porque si bien el barco llegó, no queríamos que
se sientiera como que vino el barco y lo pusimos ahí y ya, sino que
la vida de este barco y la posibilidad de transformarlo en Centro
Cultural pasa por que la gente sea protagonista.
Tuvimos esta gran llegada que fue el boom, vinieron medios de
comunicación de todas partes del país para hacer la cobertura
de la salida del barco del agua y la gente de la comunidad estaba muy
expectante de qué iba a pasar con el barco. Y bien, el barco listo fuera
del agua, ¿sí? Pues ahora nos tocaba a nosotros la parte complicada
que era empezar el proceso de vincularlo con la comunidad y escribir
una nueva historia.
La verdad, es una labor muy fuerte y no hemos parado. Dijimos
formemos a los jóvenes con herramientas artísticas, escénicas.
El primer proyecto fue un laboratorio artístico con jóvenes de San
Mateo y Santa Marianita. Todo el año 2022 se trabajó en ese proceso
de formación y traslado de habilidades escénicas. La idea era que los
jóvenes nos cuenten sobre qué tema quisieran hablar, si ellos tuvieran
la posibilidad de expresarse libremente, sobre qué tema le hablarían
a la sociedad. Fue muy interesante, porque los jóvenes querían
hablar sobre las murmuraciones, ya que sienten que a veces está muy
estigmatizado, que son vagos, no producen nada y pierden el tiempo.
Esos rumores generan chismes. Que no son la realidad. Por eso, la
obra de teatro que se creó con ellos se llamó “Murmuraciones”, fue
hermoso en ese proceso ver su desenvolvimiento en escena.
Bueno, para los jóvenes fue todo una experiencia, porque si algo
tiene el teatro es ese ejercicio colectivo de vivir en comunidad,
de compartir escenario, de ayudar a tu compañero donde no hay
nadie que se luce o que destaca. Presentamos la obra en San Mateo,
Manta y en Santa Marianita.
Simultáneamente empezamos otro proyecto en la línea de turismo
cultural comunitario, porque, nos dijimos, eso vamos a potenciar.
Cuando empezamos con el barco, cuando llegó aquí a San Mateo,
sabíamos que había mucha gente expectante, pero no sabíamos qué
concepto tomar para hacer sostenible esta experiencia. Dijimos
bueno, lo habilitamos como un Museo, que la gente conozca la
historia de medio siglo como barco pesquero, y de treinta años como
barco teatro. Y claro, nuestra propia historia como Humor y Vida.
Empezamos con una contribución de un dólar, dos dólares, no
sabíamos ni qué valor ponerle a la entrada. Todo estaba por
hacer y entonces dijimos bueno, empecemos a hacer guianzas en
el barco, y arrancamos. Y llegó un punto donde éramos cuatro los
que siempre estábamos guiando, guiando, guiando y mucha gente
visitando y nosotros un poco cansados. De ahí surgió la idea de
que teníamos que formar gente de la comunidad que pueda hacer la
labor de guía y fomentar la inclusión comunitaria, porque si tenemos
guías comunitarios, compartimos el ingreso y este trabajo no recae
solo en nosotros. Damos oportunidad a gente de la comunidad
que pueda generar sus ingresos, que todo el mundo está buscando,
pero además le damos la oportunidad de empoderarse del espacio.
Formamos alrededor de quince guías. Han sobrevivido dos en este
momento, muy activos, pero más adelante vamos a iniciar otro
proceso de formación de nuevos guías comunitarios.
Luego empezamos un proceso de formación para la elaboración
de artesanías con las mujeres, porque había mucha expectativa.
Nosotros arrancamos un proceso muy serio en cuanto al trabajo
social, realizando un diagnóstico participativo con la comunidad
y recogiendo sus expectativas. ¿Qué actividades esperarán que se
realicen en el centro cultural? Si ustedes tuvieran la posibilidad de
soñar, ¿qué soñarían para ustedes en el centro cultural? ¿qué quisieran
hacer con espacio?
Fue así como las mujeres empezaron a decirnos que nos enseñen
artesanías, porque si hacemos artesanías podremos vendérselas
a los turistas y algo de ingresos propios podríamos generar, porque
como mujeres dependemos mucho de nuestros maridos, que son
tradicionalmente pescadores. Entonces dijimos que teníamos que
trabajar en esa línea de acción. También les hicimos ponderar las
actividades, de colocar un puntaje a cada actividad y el puntaje más
alto se lo llevó la elaboración de artesanías. También colocaron
actividades como talleres de teatro para niños y jóvenes, talleres de
música, elaboración de manualidades, o de gastronomía.
Bueno, arrancamos con los talleres de artesanías. Fue espectacular
porque se inscribieron cuarenta mujeres. Obviamente nosotros
no somos artesanos, pero hicimos el trabajo en alianza con
artesanas de la zona, que tenían la habilidad, pero no habían tenido
la posibilidad de enseñar a otras mujeres. Así empezamos a facilitar
un espacio de intercambio de saberes. Las mujeres aprendieron a
elaborar pulseras, collares, aretes, y decoraciones en porcelana
fría. Hicieron también algo de tejido con paja toquilla, porque es
la tradición aquí en Manabí. Ellas fueron explorando diferentes
técnicas y cerramos con una gran feria artesanal, cultural y artística.
Esperamos continuarlas realizandolas.
cultural comunitario, porque, nos dijimos, eso vamos a potenciar.
Cuando empezamos con el barco, cuando llegó aquí a San Mateo,
sabíamos que había mucha gente expectante, pero no sabíamos qué
concepto tomar para hacer sostenible esta experiencia. Dijimos
bueno, lo habilitamos como un Museo, que la gente conozca la
historia de medio siglo como barco pesquero, y de treinta años como
barco teatro. Y claro, nuestra propia historia como Humor y Vida.
Empezamos con una contribución de un dólar, dos dólares, no
sabíamos ni qué valor ponerle a la entrada. Todo estaba por
hacer y entonces dijimos bueno, empecemos a hacer guianzas en
el barco, y arrancamos. Y llegó un punto donde éramos cuatro los
que siempre estábamos guiando, guiando, guiando y mucha gente
visitando y nosotros un poco cansados. De ahí surgió la idea de
que teníamos que formar gente de la comunidad que pueda hacer la
labor de guía y fomentar la inclusión comunitaria, porque si tenemos
guías comunitarios, compartimos el ingreso y este trabajo no recae
solo en nosotros. Damos oportunidad a gente de la comunidad
que pueda generar sus ingresos, que todo el mundo está buscando,
pero además le damos la oportunidad de empoderarse del espacio.
Formamos alrededor de quince guías. Han sobrevivido dos en este
momento, muy activos, pero más adelante vamos a iniciar otro
proceso de formación de nuevos guías comunitarios.
Luego empezamos un proceso de formación para la elaboración
de artesanías con las mujeres, porque había mucha expectativa.
Nosotros arrancamos un proceso muy serio en cuanto al trabajo
social, realizando un diagnóstico participativo con la comunidad
y recogiendo sus expectativas. ¿Qué actividades esperarán que se
realicen en el centro cultural? Si ustedes tuvieran la posibilidad de
soñar, ¿qué soñarían para ustedes en el centro cultural? ¿qué quisieran
hacer con espacio?
Fue así como las mujeres empezaron a decirnos que nos enseñen
artesanías, porque si hacemos artesanías podremos vendérselas
a los turistas y algo de ingresos propios podríamos generar, porque
como mujeres dependemos mucho de nuestros maridos, que son
tradicionalmente pescadores. Entonces dijimos que teníamos que
trabajar en esa línea de acción. También les hicimos ponderar las
actividades, de colocar un puntaje a cada actividad y el puntaje más
alto se lo llevó la elaboración de artesanías. También colocaron
actividades como talleres de teatro para niños y jóvenes, talleres de
música, elaboración de manualidades, o de gastronomía.
Bueno, arrancamos con los talleres de artesanías. Fue espectacular
porque se inscribieron cuarenta mujeres. Obviamente nosotros
no somos artesanos, pero hicimos el trabajo en alianza con
artesanas de la zona, que tenían la habilidad, pero no habían tenido
la posibilidad de enseñar a otras mujeres. Así empezamos a facilitar
un espacio de intercambio de saberes. Las mujeres aprendieron a
elaborar pulseras, collares, aretes, y decoraciones en porcelana
fría. Hicieron también algo de tejido con paja toquilla, porque es
la tradición aquí en Manabí. Ellas fueron explorando diferentes
técnicas y cerramos con una gran feria artesanal, cultural y artística.
Esperamos continuarlas realizandolas.
Pero teníamos pendiente trabajar con los niños y las niñas, ya que
es otra población prioritaria. Por suerte se abrió una línea de
fomento del Ministerio de Cultura, llamada “Teatro del Barrio”,
que nos permitió iniciar el laboratorio artístico con niñas y niños
de 7 a 12 años de San Mateo y Santa Marianita. Había muchos
niños Venezolanos entre ellos, de hecho, trabajamos mucho con
jovenes migrantes. Así hicimos talleres de teatro, títeres y diseño de
máscaras. Con ellos creamos una obra de teatro que se llamó “Palo
Verde”, que es así como antes se llamaba San Mateo.
Empezar a conocer a la comunidad nos ha permitido conectar
también con su patrimonio e identidad cultural. Un estudio
etnográfico de la localidad nos acercó a mitos, leyendas, y tradiciones
del territorio, sobre todo a reconocer toda una historia ancestral en
la pesca artesanal y en la tradición de la elaboración de redes de
pesca. Nuestro proyecto “Reanudando la Red” busca salvaguardar
la técnica de nudos de pesca y trasladar sus conocimientos a las
mujeres artesanas, dando sostenibilidad a su trabajo. Este rescate
y revalorización fue al mismo tiempo un reconocimiento a los
pescadores adultos mayores. En resumen, todo este carrusel loco
no nos da tregua.