1999
THE PILGRIMS TO THE END OF THE WORLD
The World knows many Ends. That Holy Year the devoted Fools went on pilgrimage to the Galician port “Fisterra” (The End of the World), beyond Santiago de Compostella. Where all pilgrims deposed a little jar of their home country earth, the Fools had stuffed their jar with authentic Azart rust. Afterwards, sailing north, the ship was kidnapped In high sea by the French Coast Guard who abducted her to “Fisterre” (The End of the World) in search of tons of drugs. The Fools were enraged by such a display of stupidity. Twelve years later the abducting Coast Guard Officer, walking in the same anti-government demonstration in Marseille, approached us to confess to be marked for life when in his searchlights he saw emerge from the wheelhous a pixie with pointed ears. Together with him we had to ease the panic of the Chilean crew members who were marked for life by the Pinochet suppression. Up further north we moored alongside the Amsterdam restaurant “Het Einde van de Wereld” (The End of the World) and still later, for winter, in the Irish town Cork which is an End of the World in its own right.
El mundo conoce muchos fines. Ese Año Santo los devotos Locos peregrinaron al puerto gallego “Fisterra” (El Fin del Mundo), más allá de Santiago de Compostela. Donde los peregrinos depositaron un pequeño frasco de tierra de su país de origen, los Locos habían llenado su frasco con auténtico óxido de Azart. Posteriormente, navegando hacia el norte, el barco fue secuestrado en alta mar por la Guardia Costera francesa que lo llevó a “Fisterre” (El Fin del Mundo) en busca de toneladas de droga. Los Locos se enfurecieron ante tal muestra de estupidez. Doce años más tarde, el oficial de la Guardia Costera secuestrador, que caminaba en la misma manifestación antigubernamental en Marsella, se acercó a nosotros para confesar que estaba marcado de por vida cuando vio a un duendecillo con orejas puntiagudas emerger de la timonera. Juntos con él tuvimos que aliviar el pánico de los tripulantes chilenos que ya pensaron que los secuaces de Pinochet habían subido a bordo. Más al norte atracamos junto al restaurante de Ámsterdam “Het Einde van de Wereld” (El Ffin del Mundo) y más tarde, para el invierno, en la ciudad irlandesa de Cork, que es el fin del mundo en sí mismo.
Vigo, Spain. Faro de Vigo, 20-07-1999
Póvoa de Varzim, Portugal. Jornal de Noticias, 18-06-1999